Qué bonita es la vida,
sentada ahí
que nos pone en el talego,
por turno aquí.
Y qué bonita es la vida
sentada ahí,
donde es prohibido aparcar,
zona viernes.
Y qué bonito es, por la noche
la noche cuando duerme,
hacer el gato sobre el techo
que camina al borde,
y planear en lo lejano
como sólo un planeador.
En una noche,
una noche de mayo, mi amor,
noche en la que no lloraste
lo hice yo.
En una noche,
una noche gigante
donde perdí yo
una noche importante
también para Dios
Y qué bonita es la vida
la vida, ya ves,
sin nubes, sin fábulas
sin...
Qué bonita es la vida
sentada ahí
en una noche desafinada
de viernes.
Y qué bonita es la vida
una noche de mayo
que te rompe el corazòn,
que impide el pasaje
hasta del dolor.
Y yo lo sé por seguro,
lo sé...
que afuera llueve,
no hay más sol.
Entonces cómo será, será diferente,
entonces cómo será, será igual
si luego nosotros contaremos
cuentos y canciones de cuna
donde los superheroes,
están más y más lejos
igual que los ideales
desde los suenos de la gente,
que no tiene nada en absoluto
y es incierto hasta el presente
como si fuera transparente,
como nuestra insatisfacción
ya enterrada en el desierto,
demasiadas veces renegada
por un vil que se ha escapado
a través de habitaciones vacìas
de una esposa sin dote.
... pues, si la vida es una sola,
entonces, da miedo!
Ni saludos ni besos
pero estamos cabreados.
Y qué bonita es la vida
ya lo ves, lo ves!
Desde aquella noche, una noche de mayo,
mi amor,
pero qué coraje,
ni siquiera Dios...
En una noche, una noche de mayo gigante,
donde perdí yo
y tú, aún más grande
amor, amor, amor,
mi amor,
mi amor!