Yo estaba tan acostumbrada a vivir para ti, para ti...
A encontrarme con el amanecer y a oír como te despiertas, no conmigo...
Empezó a ser tan facil para mí respirar en la ventana abierta...
Y le repetir a ella sólo una cosa :
¿Sabes? A lo largo de carreteras nocturnas
Yo caminaba descalza, sin apiadarme de mis pies
Ahora, su corazón está en tus manos.
No lo pierdas y no lo rompas
Para no llevar, a lo largo de carreteras nocturnas,
Cenizas de amor en los manos, con los pies estropeados en sangre
Ahora su pulso está en tus ojos.
No lo pierdas y no lo rompas.
Que le golpee a él la lluvia gris en su ventana.
Que no me abrace, pero que me recuerde sin embargo.
Y que pronuncie mi nombre en voz alta por casualidad.
Y que oculte todavía lo que se acuerda.
Pero, fuera, la mala lluvia quema los faroles.
Perdóname este temblor, tierno muchacho.
Y aunque murmurara un silencioso adiós a través de los lágrimas.
No olvida, no olvida.
¿Sabes? A lo largo de carreteras nocturnas
Yo caminaba descalza, sin apiadarme de mis pies
Ahora, su corazón está en tus manos.
No lo pierdas y no lo rompas
Para no llevar, a lo largo de carreteras nocturnas,
Cenizas de amor en los manos, con los pies estropeados en sangre
Ahora su pulso está en tus ojos.
No lo pierdas y no lo rompas.
¿Sabes? A lo largo de carreteras nocturnas
Yo caminaba descalza, sin apiadarme de mis pies
Ahora, su corazón está en tus manos.
No lo pierdas y no lo rompas
Para no llevar, a lo largo de carreteras nocturnas,
Cenizas de amor en los manos, con los pies estropeados en sangre
Ahora su pulso está en tus ojos.
No lo pierdas y no lo rompas.