A veces todo parece inoportuno y enorme.
Imagina una noche de miércoles en marzo.
El futuro y el pasado al mismo tiempo.
Aprovecho la noche, empiezo a beber mucho.
Aunque no es lo ideal, de momento es todo lo que tengo.
Es bonito saber tu nombre.
Tú no sabes, no sabes.
Tú no sabes nada de mí.
Un oceáno, un lago; necesito un lugar para ahogarme.
Congelemos el momento porque nos estamos cayendo.
Mañana te habrás ido.
Te ríes demasiado fuerte, todo esto parece surreal.
Me siento peculiar, ¿ahora tú que sientes?
¿Crees que haya oportunidad de que podamos enamorarnos?
Tú no sabes, no sabes.
Tú no sabes nada de mí.
¿Qué sé yo? Sé tu nombre.
Tú no sabes, no sabes.
Tú ya no sabes nada de mí.
Dejé de soñar un tiempo.
Yo... dejé de soñar un tiempo.
He notado que estos son días misteriosos.
Los veo como a un rompecabezas y miro
con la boca abierta y mis ojos ardiendo.
Si tan sólo pudiera empezar a importarme
que mis sueños y mis miércoles no van a ningún lado.
Cariño, cariño, cariño, tú no sabes.
Tú no sabes, no sabes.
Tú no sabes nada de mí.
¿Qué sé yo? Sé tu nombre.
Tú no sabes, no sabes.
Tú no sabes nada de mí.