Yo sigo siendo aquél,
a pesar de las dudas
y mi eterna locura,
yo sigo siendo aquél
eterno caminante
que vive en cualquier parte,
y muere cada noche, un poco,
que vuelve a equivocarse,
y vuelve a levantarse,
y que ama con la fuerza de un loco.
Yo sigo siendo aquél
que, cuando muere el sol,
la echa de menos.
Yo sigo siendo aquél
que va dejando el alma entre sus besos.
Yo sigo siendo aquél
que mira cada noche las estrellas,
y siempre les pregunto.
igual que tantas veces,
si está durmiendo ella.
Yo sigo siendo aquél
a pesar del silencio,
del aplauso y el beso,
yo sigo siendo aquél
eterno solitario,
detras de un escenario,
y propiedad un poco de todos,
que vuelve a equivocarse,
y vuelve a levantarse,
y que ama con la fuerza de un loco.
Yo sigo siendo aquél
que, cuando muere el sol,
la echa de menos.
Yo sigo siendo aquél
que va dejando el alma entre sus besos.
Yo sigo siendo aquél
que mira cada noche las estrellas,
y siempre les pregunto,
igual que tantas veces,
si está durmiendo ella.
Yo sigo siendo aquél
que, cuando muere el sol,
la echa de menos.
Yo sigo siendo aquél
que va dejando el alma entre sus besos.
Yo sigo siendo aquél
que mira cada noche las estrellas,
y siempre les pregunto,
igual que tantas veces,
si está durmiendo ella.