En mi tierra mexicana
nos morimos entonando una canción,
los rebozos son cananas
de las balas al rugido del cañón,
con el clarín que tocará
el himno de la libertad.
Las mujeres y los hombres
por su patria dan la vida con valor;
Valentina y Jesuita
pelearon pero nunca morirán,
y la Adelina morirá
peleando al lado de su Juan.
Ay, yo me muero donde quiera,
en raya a la primera
yo me juego el corazón;
ay, yo soy hembra de a deveras.
Si me echan un lazo,
respondo a balazos;
si me echan un grito,
de en medio los quito.
Allá en las trincheras,
Allá donde quieran,
me juego deveras
por mi pabellón.