Por la mañana se frotaba las alas con polvo de hada
para que también pudiera volar con el viento en contra
Había pasado tiempos duros
¿Pero quién se iba a creer
que las hadas tristes existían?
Cabizbaja, mencionó una vez su dolor
El fauno sonrió con desdén, no la tomó en serio
¿Cómo un ser con alas podía estar tan decaído?
Sólo se lo creyó cuando aquella hadita
dejó este mundo
Tenemos un paraíso justo aquí
pero no siempre todos lo sienten así
porque incluso al fauno, al ogro y al hada
alguna vez los atrapa la tristeza
y ésta se los lleva
El cuento del hada que se sentía sola conmovió a todo el mundo
Los ogros consolaban a las hadas; los elfos, a los faunos
En todas partes repetían con suspiros:
¿Por qué hizo falta una vida
para que recordáramos esto?:
Tendríamos un paraíso justo aquí
si siempre estuviéramos más cerca los unos de los otros
y aunque incluso al fauno, al ogro y al hada
los atrapara la tristeza
ésta no se los llevaría
Tendríamos un paraíso justo aquí
si siempre estuviéramos más cerca los unos de los otros
y aunque incluso al fauno, al ogro y al hada
los atrapara la tristeza
ésta no se los llevaría