Soy una princesa tallada en mármol, más pulida que una tormenta
y las cicatrices que me marcan el cuerpo son de oro y plata.
Mi sangre es un torrente
de rubíes, son las piedras preciosas
que me mantienen las venas calientes.
El fuego encontró su hogar en mí,
Voy por la ciudad, tranquila como si peleara
y mi collar es una soga que ato y desato.
La gente me habla pero nada me conmueve,
la gente me habla y todas las voces se queman en huecos:
ESTOY HARTA DE ELLO. (aaaaah)
Este es el comienzo
del final:
antes gritaban mi nombre, ahora lo susurran.
Voy tomando impulso
y es el intermitente latido rojo, naranja y amarillo que me enciende el corazón.
Estamos en el comienzo,
los colores desaparecen.
Nunca miro las estrellas porque hay mucho que ver en la tierra
así que intento
ir al son del intermitente latido rojo, naranja y amarillo que me enciende el corazón.
Sueño todo el año pero no de los sueños tiernos,
los escalofríos me bajan por los hombros, tal cual filo doble.
La gente me habla y ahora me escondo,
la gente me habla y sus rostros se borronean.
Pero tengo los dedos entrelazados y armé una celdita donde encierro a todos los que alguna vez me atacaron:
ESTOY HARTA DE ELLO. (aaaaah)
Este es el comienzo
del final:
antes gritaban mi nombre, ahora lo susurran.
Voy tomando impulso
y es el intermitente latido rojo, naranja y amarillo que me enciende el corazón.
Estamos en el comienzo,
los colores desaparecen.
Nunca miro las estrellas porque hay mucho que ver en la tierra
así que intento
ir al son del intermitente latido rojo, naranja y amarillo que me enciende el corazón.