Como barca en la mar
que encendida en brea
muge y zozobra,
me enciendo así yo,
con tu recuerdo,
con tu mención.
Se me altera el pulso,
la sangre,
como a un niño ladrón.
Y mi débil engranaje golpetea
azorado, en completa confusión.
No es que a tu paso ardan candiles,
inflama el aire
la yesca que es tu sola presencia.
Si tan sólo al pensar
que él encontrará
morada entre tus pies,
tiemblo de ira y de celos,
que no se alterará mi condición
al saberte al alcance de sus besos bandoleros.
Prendí hogueras que no supe mantener.
Ya no danzo loco al son de los tambores,
porque al fin,
porque al fin te consiguió
él, que tiene un corazón
tan guerrero como cruel,
tan infiel.
Que se desencajen las baldosas a mi paso,
que se abran simas,
que se desplomen las paredes
sobre mí, que en tu regazo supliqué.
Como barca en la mar
que ha roto el timón
y al pairo va.
Como barca en la mar
yo ardo por ti,
custodio que fui.
Que no piense que obtiene tu favor
por dar tesoros,
que más tarde no podrá recuperar.
Porque el admitirlos son maneras tuyas
de confiar.
Confundir y confiar
para golpear después
de confiar.
Confundir y confiar
para golpear después.