Tuve que pagarla tanto.
Tuve que pagarla cara.
Pero dije: "Sólo intento.
A lo mucho, sólo niega".
He viajado por todo el mundo:
España, México, Argentina.
Y no hay nombre más poderoso.
No hay nombre más famoso.
He buscado su manager.
He buscado su correo.
Increíble, es la suerte.
Increíble, cuando vuelve.
Increíble, mi egoísmo
y malditos esos celos.
Sí, maldita, pero la quiero
Increíble, ahora es mía,
¡mía, mía, mía!
¡Y Raffaella1 canta en mi casa!
¡Y Raffaella baila en mi casa!
¡Y a mí nada me vale!
¡Y no puede entrar nadie!
¡Y Raffaella canta en mi casa!
¡Y Raffaella es mía, mía, mía!
¡Y todo el vecindario
escucha el repertorio
que cantará para mí!
No se vale, no, no.
Estaba en vuelo, no, no, no.
Mientras tú cantabas.
No, no es justo para nada.
Entonces mal, sí, sí.
Quien se distrae, sí, sí, sí,
pierde una ocasión, una lección
una canción alegre
De las que me hacen reír, reír.
Una canción bruja
y que no puedes olvidarla,
que no puedes ignorarla,
y que no te perdonará
¡nunca, nunca, nunca, nunca!
¡Y Raffaella canta en mi casa!
¡Y Raffaella baila en mi casa!
¡Y a mí nada me vale!
¡Y no puede entrar nadie!
¡Y Raffaella canta en mi casa!
¡Y Raffaella es mía, mía, mía!
¡Y todo el vecindario
escucha el repertorio
que cantará para mí!
Desplaza todos los muebles.
Ponlos en el sótano.
¡Ya llega, ya llega, ya llega!
Apaga radio y teléfono.
Mi habitación se anima
y paradójicamente será suya,
¡suya, suya, suya, suya!
¡Y Raffaella canta en mi casa!
¡Y Raffaella baila en mi casa!
¡Y a mí nada me vale!
¡Y no puede entrar nadie!
¡Y Raffaella canta en mi casa!
¡Y Raffaella es mía, mía, mía!
¡Y todo el vecindario
escucha el repertorio
que cantará para mí!
1. La canción es un homenaje a la ícono italiana Raffaella Carrà.