Pasando el puente del Severn un sábado por la noche,
Susie conoce al hombre de sus sueños
Él le dice que está en aprietos y que si no le importa
No desea de su compañía.
Pero hay algo en el ambiente
Se miran en silencio y todo se entiende,
Susie abraza a su hombre y aprieta su mano
Mientras la lluvia le pone una lágrima en su ojo.
Ella le dice:
¡No te sueltes!, nunca te rindas, la vida es maravillosa
¡No te sueltes!, nunca te rindas, la vida es maravillosa.
Conduciendo a través de la ciudad hacía la estación Temple
Él llora en ese asiento de piel,
Susie sabe que él tenía una familia
Pero el mundo lo ha humillado.
Entonces ella lo pone contra la pared,
Sus besos queman como el fuego y de repente él comienza a creer,
Él la toma de sus brazos sin saber el porqué
Pero parece empieza a ver con claridad.
¡No te sueltes!, nunca te rindas, la vida es maravillosa
¡No te sueltes!, nunca te rindas, la vida es maravillosa;
¡No te sueltes!, nunca te rindas, la vida es maravillosa
¡No te sueltes!, nunca te rindas, la vida es maravillosa.
¡No te sueltes!, nunca te rindas, la vida es maravillosa
¡No te sueltes!, nunca te rindas, la vida es maravillosa.