A donde vas, ya no lo dices.
Cuando nos vemos, me cuesta preguntar.
Ahora son otras personas las que te conocen mejor,
las que, después de festejar, se quedan a dormir contigo.
Ahora son otras personas las que te conocen mejor,
las que, después de festejar, se quedan a dormir contigo.
Me conoces sólo como antes solía ser:
Ojos rojos, cabello largo.
Cuando nos vemos siempre es sólo por una hora,
a las 11 ya te quieres ir
y tener el round final.
A donde vas, ya no lo dices.
Cuando nos vemos, me cuesta preguntar.
A donde vas no dices nada.
Se me dificulta preguntar.
Te he preguntado muchas veces qué te hace llorar,
tú no querías eso, yo lo sabía.
Entre nosotros siempre lo dejamos anónimo
y no hablamos sobre eso.
¿Has olvidado cómo solía ser?
Ojos rojos, cabello largo.
A donde vas, ya no lo dices.
Cuando nos vemos, me cuesta preguntar.
A donde vas no dices nada.
Se me dificulta jodidamente preguntar.
Yo nunca te he perdonado,
simplemente me marche,
ni siquiera te he gritado alguna vez.
Me conoces sólo como antes solía ser:
Sonrisa grande, cabello largo.
Y, a veces, nos reunimos con personas que ambos conocemos
pero en vez de huir nos miramos secretamente
porque ellos no pueden ser presentados una vez más,
porque ellos no pueden ser presentados una vez más.
A donde vas, ya no lo dices.
Cuando nos vemos, me cuesta preguntar.
A donde vas, ya no lo dices.
A donde vas, ya no lo dices.
A donde vas, ya no lo dices.
Cuando nos vemos, me cuesta preguntar.
A donde vas, ya no lo dices.
Se me dificulta preguntar.
A donde voy, ya no lo digo.
Seguramente te diste cuenta que es difícil preguntar.