Si en un hombre débil
nuevas respuestas tardan en surgir,
invisible, distante
es inevitable,
inevitable desperar.
Dentro de mí no hay nada
fe inmóvil, nada mas.
Aquí estoy,
entregándome a ti,
sin miedo.
Invisibles distancias,
es inevitabile,
recuerdan un adiós para siempre.
Dentro de mí no hay nada
fe inmóvil, nada mas.
Dentro de mí no hay nada
fe inmóvil, nada mas.
Dentro de mí no hay nada
fe inmóvil, nada mas.