Nadie entra y se sienta
Los pies sobre la mesa, la mano bajo la barbilla
Nadie tiene hambre, mi menú de desayuno
Nadie llega demasiado pronto
Nadie, no tengo regalos para ti
Lo que sería si no fuera por ti
Mis obras completas, por favor,
Todo te pertenece a ti
Nadie, nadie me conoce como tu
Claro, lo daré todo
Sin decepción, ni una sola vez
Pero eso a ti te da igual
Nadie, ¿lo ves? Ya no crezco
Mi manos son pies, nadie lo ve
Pronto soy nada y entonces lo que queda
Es tu humilde servidora
Nadie, ¿qué, qué quieres?
Siempre estás aquí
Nadie, ¿qué, qué quieres?
¿De mi?