[Sra. Lovett:]
No es una gran silla, pero bastará.
Era la silla de mi pobre Albert,
se sentaba en ella todo el día,
hasta que perdió la mitad de su pierna con la gota.
[Sweeney Todd:]
¿Por qué no ha venido el alguacil?
Antes de que se acabara la semana,
eso fue lo que dijo.
[Sra. Lovett:]
¿Y quién dijo que ya terminó la semana?
Apenas es martes.
Cálmate,
silencio, amor, silencio.
No te desesperes,
¿cuál es la prisa?
Mantén tus pensamientos
lindos y lozanos,
espera...
Silencio, amor, silencio,
piénsalo bien.
¿Una vez que se infle
qué seguirá?
Obsérvalo con atención,
déjalo reposar,
espera...
He estado pensando en flores,
tal vez margaritas,
para alegrar el cuarto.
¿No crees que algunas flores,
bellas margaritas,
tal vez aminoren la amargura?
Ah, espera,
amor, espera...
[Sweeney Todd:]
¿Y el juez?
¿Cuándo lo atraparé?
[Sra. Lovett:]
¿No puedes pensar en algo más?
Siempre concentrándote en tus errores,
¡Que sucedieron sabrá Dios
hace cuántos años!
Con calma, amor, con calma,
el tiempo pasa rápido.
En un momento avanza
¡y ya se ha ido!
Pronto vendrá,
pronto durará,
espera.
¿Acaso no sabes,
hombre tonto,
que la mitad de la diversión
es planear el plan?
Todo lo bueno
le sucede a aquellos que saben
esperar...
Claveles, tal vez,
en lugar de margaritas...
Pero no sé,
¿tú qué piensas?