Tu has dicho que había llorado,
lanzado tus cosas a la calle.
Tu has dicho que estabas aliviado,
que desde hace ya mucho tiempo
tú no me amabas.
Tú has dicho que te habías encontrado
a una más alegre, una más sensual.
Tú has dicho que la libertad es buena.
Tú has dicho todo eso y has bebido.
Pues ustedes los hombres,
ustedes no hablan de esas cosas.
Aquí se corre, aquí se golpea
pero llorar, eso no, ustedes no tienen el derecho.
Tú has dicho que yo había lanzado
toda la vajilla contra la pared
y dijiste que lo superaríamos.
Que para mí sería más prolongado,
un poco más duro.
Y has dicho que antes de esfumarte,
te robaste una última noche.
Tuviste de verdad la vergüenza para decir
que de hecho era yo quien se había marchado.
Pues ustedes los hombres,
ustedes no hablan de esas cosas.
Aquí se corre, aquí se golpea
pero llorar, eso no, ustedes no tienen el derecho.
Ustedes los hombres,
ustedes no hablan de esas cosas.
Y tú, tú has hecho como
si todo estuviera bien después de mí.
Pero no puedo culparte por ello
porque ustedes los hombres son muy orgullosos.
Me quedo con tus ruidos en el pasillo
y todo el amor escondido detrás.
Pues ustedes los hombres,
ustedes no hablan de esas cosas.
Aquí se corre, aquí se golpea
Tienen que ganar, no tienen otra opción.
Ustedes los hombres,
ustedes no hablan de esas cosas.
Y tú, tú has hecho como
si yo no fuera nada más para ti.
Pues ustedes los hombres,
ustedes no hablan de esas cosas.
Y lo único que esto ocasiona
son heridas que no se cierran.