Me atropellan los recuerdos
desde aquel día en que te fuiste,
no encontraba el consuelo
cuando me dijiste adiós.
Yo quería que te quedaras,
que me dieras tus caricia,
escuchar siempre tu voz.
No existía en el mundo
alguien que te amara tanto,
alguien que te admirara como lo hacía yo,
me dolió aquel 'te quiero' mientras lágrimas
cayeron en ese último adiós.
Cuando solo me encontraba,
sin motivos y sin sueños,
escuché en el silencio
una suave y dulce voz,
me dijo que me amaba,
que su vida había entregado
en aquella cruz de amor.
Cuando todo era oscuro,
cuando no había esperanza
fue tu amor quien me encontró,
el dolor que me invadía
lo cambiaste en alegría,
me llenaste de perdón.
Coro:
Eres Dios de lo imposible,
eres ese Dios de amor
que perdona mis pecados
y se olvida de mi error,
¿cómo no he de perdonar
a mi padre que no está?
hoy te pido mi buen Dios
que regrese otra vez.
Han pasado varios años
desde aquella su partida,
aunque ya no soy un niño
no lo dejo de extrañar.
Pido y ruego por su vida,
para que así como yo,
él te pueda conocer.
No me rindo y prosigo,
yo me aferro a la promesa
de que él también sabrá
de mi Dios el cual yo sirvo,
mi señor el Dios eterno a mi padre él traerá.
Coro:
Eres Dios de lo imposible.
eres ese Dios de amor
que perdona mis pecados
y se olvida de mi error.
¿Cómo no he de perdonar
a mi padre que no está?
hoy te pido mi buen Dios
que regrese otra vez.
Una tarde de septiembre
a mi padre yo encontré
lágrimas allí cayeron,
pues mi Dios era tan fiel,
hoy me encuentro con mi viejo
que un día me vio nacer.
Quédate aquí conmigo,
no te afanes viejo mío,
que de ti yo cuidaré.
Quédate aquí conmigo,
no te afanes viejo mío,
que yo siempre te amaré.