Yo pregunto a los presentes
si no se han puesto a pensar
que esta tierra es de nosotros
y no del que tenga más.
Yo pregunto si en la tierra
nunca habrá pensado usted
que si las manos son nuestras
es nuestro lo que nos den.
¡A desalambrar, a desalambrar!
que la tierra es nuestra,
de Pedro, María, de Juan y José.
Si molesto con mi canto
a alguien que no quiera oír
le aseguro que es un gringo
o un dueño de este país.
¡A desalambrar, a desalambrar!
que la tierra es nuestra,
tuya y de aquel,
de Pedro, María, de Juan y José.