Me moví por el silencio
Era tu mirada
Era tu apariencia
Y el cielo se abrió
Tan sólo para mí y lleno de silencio
Fascinado y mudo de admiración
Atraído por tu simpático semblante
Sucumbiendo de lleno a tu devoción
Tan dócil en tus manos
Lágrimas secas sacrificadas para ti
Vierte tu belleza en mi carne
Abre tus alas de seducción
Arrebátame con ternura
Esparce el deseo en el templo ardiente
Crece tu desnudez fugaz
Sucumbiendo por ti en libertad
Desnudo inmerso en tu reino
Esclavizado y perdido por ti
Silencioso y moribundo, soñando sólo por ti
Tu, inmiscuida en la luz de la gloria
Yo, irreconocible en la oscuridad