Tú que has esperado a los demás
y has decidido desde siempre de quién cuidarte,
sabes que la vida mejora
si sólo un día se vuelve la unidad de medida.
Vale la pena, quizá vale la pena.
Admite si no puedes cambiar.
Vale la pena,
el amor perdona.
Perdona lo que no puedes defender,
las cicatrices a las que te debes sólo rendir.
Las prioridades que no puedes fingir.
Mantienes este deber
que te rompe la espalda
pero vale la pena.
En cada sala de espera,
todos tenemos necesidad de las mismas palabras.
en esta pequeña iglesia
llena de almas solas, de canciones y velas.
Vale la pena, vale la pena
dejar de preguntar.
Vale la pena,
el amor adivina.
Perdona lo que no puedes defender,
las cicatrices a las que te debes sólo rendir.
Las prioridades que no puedes fingir.
Mantienes este deber
que te rompe la espalda
pero vale la pena.
Y este sentido que no consigues tener,
es un sentimiento que vale la pena,
¿pero te gustaría un helado a la orilla del mar
conmigo?
Tú que has sabido esperar
y que solamente al final de esta otra frontera
sabes que la vida mejora, mejora
después del dolor que no sabes a quién devolver,
a quién devolver.
Y no le busques un sentido a la emoción,
a su origen y a su destino,
que te destruye y sin embargo te hace bien.
Es otro giro de tuerca
pero vale la pena.
Que no existe respuesta mas es la mejor que tienes.
Tú que has sabido afrontar
otro giro de tuerca pero que ha valido la pena,
sabes que la vida mejora, mejora.