Los hay que han nacido para la utopía,
ansiosos por huir del engaño,
pero las pasiones que mueven a los hombres
harán que nos ensuciemos todos las manos.
Tarde o temprano, todos educamos contradicciones
y al final pagan justos por pecadores.
Que no lo ves, se nos hunde el suelo bajo los pies.
Cuando gritamos, el viento se lleva nuestras voces.
Los hay que han nacido para la leyenda,
empujados hacia un destino sublime.
Así cantaremos las proezas
para poder alzar los ojos hacia la cima.
Tarde o temprano, todos educamos contradicciones
y al final pagan justos por pecadores.
Que no lo ves, se nos hunde el suelo bajo los pies.
Cuando gritamos, el viento se lleva nuestras voces.
Que no lo ves, se nos hunde el suelo bajo los pies.
Cuando gritamos, el viento se lleva nuestras voces.
Para los valientes que no se han dejado torcer cantamos.
Por su gesto, por todo lo que los ha hecho diferentes.