Sé bien que un día llegará el día.
¿Será demasiado pronto o demasiado tarde?
Donde nos repartiremos todo los tres
en los caminos que nos separan.
Lo que sube un día debe de bajar.
El fuego no deja más que cenizas.
Me parece que ese día está lejos
mientras estemos juntos.
Ni siquiera quiero pensar en ello.
Pero si un día el viento debiera cambiar de rumbo,
sé que nos quedaríamos juntos, los únicos a bordo.
Es una historia de tres
que no se parece
a las historias de amor,
las historias del cine.
Es una historia de tres.
Yo soy ellos, ellos son yo.
Yo soy su voz.
Ellos son mis palabras y mi música.
No somos más que tres mosquitos pequeños
entorno a una bombilla eléctrica.
¿Quién quiere alcanzar la luz
para ver lo que hay detrás?
¿Y si esta bombilla fuera la tierra
y nos hiciera darle la vuelta
y pagar con nuestra vida entera
el precio que hay que pagar siempre
por haber querido volar?
Pero si un día el viento debiera cambiar de rumbo,
sé que nos quedaríamos juntos, los únicos a bordo.
Es una historia de tres
que no se parece
a las historias de amor,
las historias del cine.
Es una historia de tres.
Yo soy ellos, ellos son yo.
Yo soy su voz.
Ellos son mis palabras y mi música.
Si un día la música se detiene
y debemos seguir viviendo,
miraré partir al circo
y cerraré el libro
de esta divertida historia de tres
con tal de no llorar
cuando la música se detenga.