Tenías un cuadro enorme de un puente de Nueva York
justo encima de la cama donde hicimos el amor.
Yo te pregunté curioso si habías estado allí,
tú me contestaste, nene, te estaba esperando a ti.
Y de repente se incendiaron las paredes.
Empezó a arder en llamas nuestra habitación.
En solo 30 metros cabe todo un mundo,
un mundo que no sabe de desilusión.
Porque no era tuyo, ni tú fuiste mía.
Pero no hizo falta porque nuestros cuerpos eran poesía.
No tuvimos tiempo para los reproches.
Toda nuestra vida juntos para siempre.
Solo fue una noche, solo fue una noche.
Toda nuestra vida juntos para siempre, solo fue una noche.
Me contaste un chiste malo de dos amantes eternos.
Comenzó a sonar sabina mientras nos poníamos tiernos.
Y bailaste solo para mí prometiendo hacerlo cada día.
Yo me eché a reír diciendo, me tocó la lotería.
Y de repente se incendiaron las paredes.
Empezó a arder en llamas nuestra habitación.
En solo 30 metros cabe todo un mundo,
un mundo que no sabe de desilusión.
Porque no era tuyo, ni tú fuiste mía.
Pero no hizo falta porque nuestros cuerpos eran poesía.
No tuvimos tiempo para los reproches.
Toda nuestra vida juntos para siempre.
Solo fue una noche, solo fue una noche.
Toda nuestra vida juntos para siempre, solo fue una noche.
Y ese fue el último tango que bailamos en parís.
Dejó de sonar sabina y pusimos Aerosmith.
No hubo tiempo de reproches, no, pero te tengo que decir,
que cada día desde esa noche, solamente pienso en ti.
Solamente pienso en ti, solamente pienso en ti.
Fue una noche para siempre.