Estás enamorada de él
y él de ti, estás segura,
hay muchas cosas que lo demuestran,
sientes que lo has atrapado.
Él telefonea a todas horas,
le encanta, le hace sentirse mejor.
Y tú le mimas y le llamas
“mi bebé”, “mi loquito”.
La cuestión, el detalle
que ensombrece vuestro idilio
la aburrida menudencia
que podría irritarte,
el problema que a veces
puede mojarte las pestañas,
es que va a divorciarse.
Pero que no termina de hacerlo.
A menudo en broma
él te llama “mi amor secreto”,
y eso es tan excitante,
que otra vez le ves en el Novotel1
Te habla del azar,
de vuestro karma y del destino
y te jura susurrando
que por supuesto que eres la más bella.
Vuestras noches, tan breves,
son aceptablemente eróticas.
Él te ama, te ama, te ama
como jamás nadie ha amado.
Eres su isla, su papaya
o cualquier otra cosa exótica,
él te ama, te ama, te ama
pero ahora no puede quedarse.
Y tú le esperas.
Tú tienes confianza
porque un día él será tuyo.
Terminas la noche sola,
viendo vídeos o un “Tres Chasse”2
dedicado, no has tenido suerte,
a la fumigación de madrigueras.
Al principio te ofendes,
y luego gritas que es repugnante.
Aguantas el llanto,
has sentido que te ahogabas.
Al día siguiente
llaman a la puerta de tu habitación de hotel,
estás un poco de mal humor,
pero abres y sonríes.
Rosas de amor
para apaciguar el corazón de la mujer
que amo hasta la locura.
Te derrites y todo empieza de nuevo.
Un fin de semana de cada cuatro o cinco
puedes estar con él dos días enteros,
son trece horas de viaje
pero no te importa porque le amas.
Viajas toda la noche
para llegar por la mañana
a un pueblucho en Alsacia
pero no te importa porque le amas.
Allí os reencontráis,
un poco como una pareja normal,
tú cocinas, él mira
leéis el periódico en la bañera.
Tú hablas un poco de ella,
él dice que le duele
quebrar esa imagen
de buenos padres para sus hijos.
Y tú le esperas.
Tú tienes confianza
porque un día él será tuyo.
Tú comprendes sus dudas,
Tú comprendes que tarde un poco
en estar contigo, sólo contigo
como te ha jurado.
Él va a dar un paso adelante,
él se lo va a contar.
No mañana, no,
pero pronto, él está seguro.
Él te suplica que le esperes,
que no hagas nada.
Desde hace demasiado tiempo,
cuidado, vas a abandonarle.
Oh, es tan duro para él,
y tú no le comprendes,
ya no quieres escucharle…
Oh, te aguantas, eres tú quien le ha abandonado.
1. Es el nombre de una cadena de hoteles2. "Tres chase, Tres pêche", un programa de televisión sobre caza, pesca y naturaleza