Tú y yo cerca del mar,
bajo la luna de un viejo faro,
la llama de la noche.
Alas de deseo y mil sirenas en las manos
para despertar los sentidos.
Se acorta el espacio
que poco a poco nos separaba.
El cielo por delante,
ventanas en la madrugada.
Cuando el invierno abrigue nuestros días
podremos recordar:
juntos una noche cruzamos el infinito
sentimos que se paraba el tiempo en un baile.
Tú sonriendo, la alegría del viento
y tus ojos de coral dentro del mar.
Juntos en tu cama donde desborda el deseo,
lejos del mundo, un dulce escondite.
La luna nos vino a buscar,
pero fue el amanecer quien nos encontró.
Dulce escondite,
donde parar el tiempo cerca del mar
donde despertar los sentidos.
Se acorta el espacio
que poco a poco nos separaba.
El cielo por delante,
ventanas en la madrugada.
Cuando el invierno abrigue nuestros días
podremos recordar:
juntos una noche cruzamos el infinito
sentimos que se paraba el tiempo en un baile.
Tú sonriendo, la alegría del viento
y tus ojos de coral dentro del mar.
Juntos en tu cama donde desborda el deseo,
lejos del mundo, un dulce escondite.
La luna nos vino a buscar,
pero fue el amanecer quien nos encontró.
Y no te engaño mucho,
si te llamo amor,
Y no te engaño mucho.
Y no te engaño mucho,
si te llamo amor.
Y no te engaño mucho.
Juntos una noche cruzamos el infinito
sentimos que se paraba el tiempo en un baile.
Tú sonriendo, la alegría del viento
y tus ojos de coral dentro del mar.
Juntos en tu cama donde desborda el deseo,
lejos del mundo, un dulce escondite.
La luna nos vino a buscar,
pero fue el amanecer quien nos encontró.
Juntos una noche cruzamos el infinito
sentimos que se paraba el tiempo en un baile.
Tú sonriendo, la alegría del viento
y tus ojos de coral dentro del mar.
Juntos en tu cama donde desborda el deseo,
lejos del mundo, un dulce escondite.
La luna nos vino a buscar,
pero fue el amanecer quien nos encontró.