Cuando la vida te va tan mal
que el corazón late fuera de lugar;
si no es un camino de rosas1
como lo habías soñado,
hay un sol que te dirige,
que te dice cómo hacer.
Aunque, si lejos te manda,
en algún momento volverá,
en algún momento volverá.
Está esa voz que te guía
y el corazón madurará,
aunque venga una vidente2
a quererlo todo adivinar.
El secreto que tú guardas
de un recuerdo que evocar,
a resguardo de los venenos,
de los vientos por desencadenar,
de los vientos por desencadenar.
Es el cielo de abril,
mi cielo lo sabe,
es el cielo de abril,
¿cuándo volverá?
Es el cielo de abril,
mi cielo lo sabe,
es el cielo de abril
el que te responderá.
Y no vale que arrastres
cien cargas de aquella edad,
es el sol el que viene al final
y dura eternamente.
Y el mundo que tú agitas
queriéndolo amaestrar completamente
para los días más serenos
y el sol que ha de volver,
y el sol que ha de volver.
Es el cielo de abril,
mi cielo lo sabe,
es el cielo de abril,
¿cuándo volverá?
Es el cielo de abril,
mi cielo lo sabe,
es el cielo de abril
el que te responderá.
1. Literalmente: "si el camino no está florido"2. rimitu: persona pobre que daba vueltas por los pueblos durante las fiestas parroquiales y que pedía caridad dando a besar santos. Una especie de santón o adivino.