Ventanas abiertas para el calor que no deja dormir.
Un humor encerrado y miel, me hago un desayuno.
Me pierdo entre las notas de una melodía de amor
y tu sabor.
La mirada lista, el corazón móvil.
El orgullo poco disponible
para darte la victoria,
volverte fácil
y reinvindicarte de nuevo
en una hora.
Mar, mar, mar.
Alguien allá arriba sabrá escuchar.
Mar, mar, mar.
Te explico una palabra, dos no sé hacerlo.
Nuestro final no fue nada especial
respecto al hecho de que luego todo sabe ocurrir
pero me perseguirán estas tres palabras:
"Yo te odio..."
Mirar Sicilia bajo los destellos del sol.
El verano amplifica el fuerte efecto de un dolor.
El olor mezclado con salinidad y tu color
hablan por horas.
La rabia atenta, el paso débil.
Mi alegría no convence.
El rostro blanco
y el humor frágil
y yo impetuoso, déjame sentirme mal.
Mar, mar, mar.
Alguien allá arriba sabrá escuchar.
Mar, mar, mar.
Te explico una palabra, dos no sé hacerlo.
Nuestro final no fue nada especial
respecto al hecho de que luego todo sabe ocurrir
pero me perseguirán estas tres palabras:
"Yo te odio..."
Ventanas abiertas, no es el calor lo que no deja dormir.
Es el humor, siempre el humor, ahora no puede cambiar.
Ahora me pierdo pero después si quieres encontrarme
sabes dónde ir.
Nuestro final no fue nada especial
respecto al hecho de que luego todo sabe ocurrir
pero me perseguirán estas tres palabras:
"Yo te odio..."
Mar, mar, mar.
Mar, mar, mar.