Ahora que sabemos que la química no va a matarnos;
ahora que soy yo quien pone un punto de inflexión.
Esta rebelión nos está envejeciendo.
Dentro de un tiempo,
nos reiremos de todo esto.
Ahora que no encuentro un sentido en nuestra huida;
no me ha sorprendido lo más mínimo.
Tendré fe; recortaré las horas muertas,
como un kamikaze a las puertas de un hotel
lleno de turistas.
Por si vienes a romper el juramento,
yo te escribo hoy desde dentro;
me limito a sonreír;
que sí, que ya lo sé.
Que no tengo que explicártelo de nuevo;
este cuerpo tan pequeño
no ha dejado de roer
y predecir el huracán.
El huracán.
Ahora que sabemos que esta inercia no puede pararnos;
ahora que soy yo quien deja todo a tu elección.
Pensaré cómo decirte que lo siento.
Dentro de un tiempo,
nos reiremos.
Ahora que el verano va quedando muy, muy lejos;
no te ha sorprendido lo más mínimo.
Tendré fe; recortaré las horas muertas;
seré un kamikaze que no tiene compasión;
no tiene remedio.
Por si vienes a romper el juramento,
yo te escribo hoy desde dentro;
me limito a sonreír;
que sí, que ya lo sé.
Que no tengo que explicártelo de nuevo;
este cuerpo tan pequeño
no ha dejado de roer
y predecir el huracán.
El huracán.
Si es verdad que el tiempo
cura los momentos,
sana las heridas
y detiene el viento.
Si es verdad que quieres
caminar conmigo,
junto a mi cintura;
sin pena ni bruma.
Por si vienes a romper el juramento,
yo te escribo hoy desde dentro;
me limito a sonreír;
que sí, que ya lo sé.
Que no tengo que explicártelo de nuevo;
que este cuerpo tan pequeño
se ha cansado de roer
y predecir el huracán.