Ya las tres, tú te destapas un poco.
Estás durmiendo pegada a mí
y sonríes pero no sé ahora dónde estás.
Tú cercana y tan distante.
El corazón te late pero
por quién late, no sé en absoluto.
Quién sabe... quién sabe.
Fantasías que el insomnio da.
Quizá ahora otro está contigo.
Si pudiera mataría todos tus sueños.
Lenta, lentamente quisiera despertarte
para tranquilizarme y para hablar un poco.
Y en cambio no,
tal vez tengo miedo de entender con quién estás.
Tú estás, tu sabes en el sueño de quien vas.
Tú estás conmigo, ¿pero tu mente dónde está?
Sigo el ritmo de tu respiración,
los movimientos ligeros de tu frente.
Cuando sueñas no eres mía.
Ya las seis, ya llegó el alba
y tu almohada se resbaló.
Mueves los pies buscando los míos y regresas tú,
la que yo podría perder un día u otro.
Debo admitirlo, sabes, nunca lo había pensado
convencido de que si las otras historias terminan
la nuestra no lo haría.
Tú estás, tú sabes en el sueño de quien vas.
Tú estás, tú sabes; ya te estás despertando.
Me sorprenden tus ojos,
casi cerrados, luego abiertos de par en par sobre mí.
Dices sonriendo, "Soñaba contigo".
Hasta la garganta, jalas la sábana.
Con una patada me empujas.
Si te toco, gritas,
luego te volteas y ríes
y al final caemos en un "sí".
Tú estás, tú sabes.
Sorprendidos juntos por la mañana.
Tú estás, tú sabes.
Tú estás, tú sabes
y ahora el sueño ya está lejos.