El tesoro de las estaciones que pasan.
El secreto de un amor que dura.
Surgen del fuego para que veamos sobre el hielo
poemas escritos sobre las paredes.
La esperanza de estos años que dejan
se parece a todas estas sepulturas
que miramos en el momento en que se borran
de nuestra memoria; es lo más duro.
Y tú me engañarás
a pesar de los hábitos que crean las certezas
de esos amantes que no se detestan.
Y tú me engañarás.
Encontrarás la llave para atravesar el paso
como esos amantes que quizá ya no se aman.
Las certezas un día condenan.
Ellas escogen un poco a su vez.
Transforman las sonrisas en lágrimas
y soportan el peso del amor.
Incluso si pienso que mirarte enjaulada
evita el naufragio.
(Te engañas...)
Me engaño.
Incluso si pienso que el amor aprisiona,
que retoma lo que da,
¡me engaño!
Y tú me engañarás
a pesar de los hábitos que crean las certezas
de esos amantes que no se detestan.
Y tú me engañarás.
Encontrarás la llave para atravesar el paso
como esos amantes que quizá ya no se aman.
Que quizá ya no se aman.