Soy una iglesia sin cruces,
Vuelo, estirando mis brazos.
A lo largo de las costas soñolientas.
Tortura petrificada.
Soy una fé sin razón,
soy una verdad sin comienzo.
¿Escuchas cómo grita...?
¿...El alma entre los álamos?
Soy un pájaro sin cielo.
Soy un eco sepulcral.
De lugares semi-olvidados,
un triste signo.
La Luna de la medianoche
venda mis heridas.
La gris niebla,
baña la cúpula.
Soy una iglesia sin cruces,
Me escurro eternamente en la tierra,
Escucha las palabras pasadas,
Sí, el canto de los vientos.
Soy una memoria sin bien,
soy un conocimiento sin aspiraciones,
la estrella enfriada,
de generaciones pasadas.
Está oscuro en mi alma,
Cicatrices de traición,
vidrio roto,
paredes desgarradas.
Y mañana moriré,
caerá una lluvia de descanso.
La memoria perdida,
explotó sobre el río.