Como el agua de la fuente
Mi mano es transparente
A los ojos de mi abuela.
Entre la tierra y lo divino
Mi abuela negra sabía
Esas aguas del destino
El mar ante mis ojos fluye
En los ríos de ese deseo
De quien nace para cantar
Un zambéze hecho Tejo
De tan cantado
Que envidio a Lisoa, por allá vivir
Veo un cabello trenzado
Y el canto tibio del fado
En un chal de caracoles
Como un cuento de hadas
Los tambores son guitarras
Y las palmas, girasoles
Mi abuela negra sabía
Leer las cosas del destino
Por una mirada
Si la vida quiere o no
Dios le dijo a la bruja
Que nací para cantar
Que nací para cantar