Bienvenida al lugar preciso donde hago volar palomas,
el segundo exacto en que el café mata el sueño.
Cuando el faro se aleje del puerto,
tengo un plan perfecto.
Volveremos a casa,
por el camino que no nos llevará a ninguna parte,
sin más paisaje
que la luz que desfila de fondo.
Y gastaremos zapatos,
haremos un nudo con tus/mis cordones,
perdidos en una playa,
nos bañaremos hasta que muera el sol,
hasta que los dedos se nos arruguen mucho, mucho, mucho...
Bienvenida al mundo secreto de los días cualesquiera,
del minuto de gloria, de las manos buscando tesoros.
Y recuerdo aún ese lugar
donde pensábamos demasiado.
Volveremos a casa,
por el camino que no nos llevará a ninguna parte,
sin más paisaje
que la luz que desfila de fondo.
Y tengo un plan perfecto.
a dos mil pies por encima de los aviones,
en riguroso directo
bailaremos hasta que oscurezca,
hasta que el cuerpo nos diga basta, basta, basta...
El sonido de la brisa que desacelera,
del vuelo de un papel que se columpia y cae al fuego,
tú y yo, en el camino escondido de un atajo,
al lugar que siempre mirabas desde tu balcón.