Todo el mundo quiere oler sus medias,
todo el mundo le invita a lo que tiene.
Puede ser un desespero,
por amor o por dinero,
nunca serás el primero.
Todo el mundo ama a Isabel.
Se ha puesto a veces muy cerca
la navaja de afeitar.
No creo que se decida,
le gusta mucho la vida,
eso es algo que no olvida.
Hoy saldrá una noche más.
No la compadezcas nunca,
no se vaya a enterar.
Pues su risa quebradiza
duele más que una paliza,
entra en tu orgullo y te atiza,
y te sientes un mamón.
Me ha besado su saliva
y luego me ha hecho pagar.
Me he sentido algo ficticio,
"pa" poder pagarse el vicio,
se ha buscado este oficio,
aunque sea a su pesar.
Me he despertado tarde
y ella había marchado ya.
Se lo había llevado todo,
me he quedado como un bobo:
la papela, todo el costo
y mi "American Express".
Me he sentado en la cocina,
y he empezado a beber.
Y entre confusión y prisas,
me ha surgido una gran risa:
era bella su sonrisa.
Todo el mundo ama a Isabel.
Bésame, bésame, bésame...
Puedo pagar.
Bésame, bésame, bésame...
Puedo pagar.