El pañuelo dorado
que en sus cabellos llevaba Nefeli
para distinguirse de todos en el viñedo
llegaron dos pequeños, pequeños ángeles
y lo robaron.
Dos pequeños ángeles
que en sus sueños querían alimentar
a Nefeli con granada y miel
para que no recordara, para que olvidara que quería,
la sedujeron.
Jacintos y lirios
le roban el perfume y se lo ponen
y los amores tirando dardos
se burlan de ella.
Pero el buen Zeus
le quita el agua de la juventud,
la hace nube y la dispersa
para que no la encuentren.
La, la, la...
Dos pequeños ángeles...
La, la, la...