No sé si nunca te había contado
sobre esos restos de un aerodeslizador.
Un sueño que se quedó allá
entre oxido y salinidad.
Sueños de fibra de vidrio que no dejan rastro.
Pero yo sí,
te diré que sí. Te diré que sí.
Tú no te derrumbes.
Sí, te diré que sí. Te diré que sí, aquí no se está mal.
Le han dicho "genio" y "gitano",
algunas otras cosas y no sé más de él.
Es un poco como cojear
sin nunca entender por qué.
Pero sí, fue así, a veces es así
pero tú no te rindas. Sí, te diré que sí.
Te diré que sí, no debes convencerme.
He decidido que esa oscuridad también vendrá conmigo,
pues es parte de mí.
Y junto a todo el resto
de mí, está lo que no se explica y que no se revela así de pronto.
Y como en cada historia real, hay una parte un poco más oscura
que se ama y se odia.
Que se ama o se odia.
Yo sí, te diré que sí.
Te diré que sí pero intenta comprenderme.
Sí, te diré que sí.
Te diré que sí pero no me ilusiones.
Sí, te diré que sí.
Te diré que sí pero no te detengas aquí.