Engendró sin sentido cual plaga en una noche auspiciosa
Sus ojos traicionaros hechizos de la misteriosa luz de la luna
Una inquietante mirada por siempre mirando fantasmales mares lejanos
Sangró blanco y muerte, su verdadera madre fue alimentada
A los voraces lobos a los cuales los elementos guiaron
Desde escalonadas montañas que aparentemente crecían en malestar
A las fauces del bosque un carruaje negro fue arrastrado
Flanqueado por rayos de púas que silbaron de la tormenta
(Dorado en las crestas de la raza de los Carpathianos)
Trayendo esclavos a la sodomita para los recién-nacidos
En esa tarde el propio de la condesa nació deforme
Una tragedia se arrastró al nombre Bathory
Elizabeth la bautizó, no menos pálida que una rosa
Creció tan oscuroa como el sílfide
Nada más frío en reposo
Aún así su belleza hiló telas
Alrededor de corazones una mirada se desposaría
Ella le temía a la luz
Entonces cuando cayó como pecador al vicio
Bajo regla austera y puritana
Se sacrificó...
Mandrágora como vírgenes a ratas en la pared
Pero luego prisioneros lamidos por el azote de ángeles, esclavizados
Sus sueños nunca fueron tan maniaticamente crueles
(Y poseídos por semejantes deleites)
Para cuervos sobrevolando en sus vuelos nocturnos
de erótica
Medianamente rechazado desde el púlpito
Tormentos por ocurrir
Medianamente aprendidos de las cábalas de demonios
En su
Su caminata llevó al voodoo
Para ver su propia sombra adorada
En misa sin defecto
Aunque internamente ella aborrecía
No su clan de pretendientes
Sino la mirada fija de su Señor
"Debo privar mis ojos de himnos
Porque su mirada trae dogmas a mi piel
Él sabe que soñé con ritos carnales
Con él, no-muerto por tres largas noches"
Elizabeth no oyó
Ningún sermón entonado
Llevó semejante culpa a su puerta
Sepultó su alma con semejante piedra
Ella juró que oyó al Cura suspirar
Cuando se arrodilló para expiarse
Ella temía a la luz
Entonces cuando cayó
Como pecador al vicio
Bajo regla austera y puritana
Se sacrificó
Su decoro cual casto
A este lobo del paño
Saltando al embrujo
Su cuarto de confesión
El perdón llegará
Cuando sus pecados sean lavados
Mediante re-bautismo de blanco
El espejo emite guirnaldas de Belladonna
En la tumba de su inocencia
Su rostro oculto escupió asesinato
De un suspiro a un grito
Todo sueño parecía maldito
En verso Faustiano
Pero allí en la orgía del infierno
Ningún horror era peor
Que la revelación reflejada
De ella besando el falo del diablo
Bajo su propio decreto...
Así que con ventanas abiertas al cielo menstrual
En la víspera del solsticio ella huyó del castillo en secreto
Una hija de la tormenta, a horcajadas sobre su pesadilla favorita
Con vientos sin plegaria
Los estigmas aún en llanto entre sus piernas
Una frialdad sangrienta que brindó nuevos odios
Ella buscó la hechicera
A través de nieve y bosques húmedos a la guarida del sodomita
Nueve destinos retorcidos a través de huesos marcados
Por la garganta de Elizabeth
La condenación triunfó y urgió la luna
En soliloquio para brillar
Entre los árboles en ejes
Para ocultar un camino
Más allá del aullido de las ninfas sodomizadas
En el agarre de la sodomita
A la vulva del bosque
Donde la bruja la instruyó
En temas aún más oscuros
"Entre medio de pócimas de amor y mujeres perfectas ***
Entre la grasa de hombres estrangulados
Y "la verdad de Eldritch", antiguo mal presagio ***
Elizabeth volvió a la vida"
Y bajo laceraciones del alba regresó
Como una llama hacia una cabeza de un muerto
Con una promesa por quemar
Secretos incubados mientras cabalgaba
A través de la niebla y el pantano a donde fueron revelados
Los muros de su castillo donde el inquieto
Contó cuervos de carroña
Ella despertó de una fábula para lamentar
Campanas de luto de la iglesia acongojándola locamente de su sueño
Tocadas por un sacerdote auto-castrado y colgado
Como un murciélago carmesí entre el campanario
Los bíblicos balbucearon sus mantras
Hexex sextuplicó sus impuestos
Pero Elizabeth rió, trece otoños habían pasado
Y ella era una viuda de dios y sus ira, finalmente...