Despertad muchachos, hay una luz en la ventana,
oigo a alguien llamando a la puerta.
Hay voces en la calle
y el ruido de pasos corriendo
y susurran la palabra: ¡revolución!
Hay hombres bajando de los valles,
hay grandes veleros abandonando la costa
y llevan la luz
en la oscuridad de la noche
como un susurro en el viento: ¡revolución!
Tráeme la pistola y un puñado de plata,
junto al mar nos reuniremos para el combate.
Han pasado muchos años, muchas lágrimas,
hemos perdido antes una vez,
ahora ajustaremos cuentas
cuando nuestros cañones retumben: ¡revolución!