Se trata del océano y yo,
estamos los dos solos.
Siempre me quedo dormida
junto al mar.
Y tenemos una determinada manera
de que me despierte cada día.
Nunca sé, sin embargo,
con qué tipo de ola.
Y, ya sabes los océanos,
lo brutalmente que pueden arremeter,
ahogándote o acariciándote serenamente
con un toque delicado.
A veces, llevo mi bote
cuando creo que me dejará flotar.
Sólo que, muy a menudo,
vuelvo empapada.
El océano te tiene a ti,
tiene tus olas
y nuca sentí un mar
tan azul.