He conocido ríos:
he conocido ríos tan antiguos como el mundo
y más viejos que el correr
de la sangre en las venas de las personas.
Mi alma se ha profundizado como los ríos.
Me bañé en el Éufrates (1)
en la juventud de los amaneceres.
Construí mi refugio cerca del Congo
y me arrulló para dormirme.
Contemplé el Nilo
y elevé las pirámides por encima de él.
Escuché el canto del Misisipi
cuando Abraham Lincoln se fue a Nueva Orleans
y he visto el seno lodoso
convertirse en oro al atardecer.
He conocido ríos:
antiguos y oscuros.
Mi alma se ha profundizado como los ríos.