Piedad, perdonadme, solo estaba bromeando.
No quise cortarle todo el pelo.
Escucha, hare que los hijos de
Iwald se lo forjen de nuevo, no te arrepentirás.
Mira, aquí, un pelo nuevo.
Los enanos son grandes artesanos.
Es fácil, ¿sabes? Es posible que me dejen
quedarme a su lado, inflamando sus almas.
Vaya, vaya, observando el mundo.
Ve a traves de las travesuras, la malicia y las penurias de la guerra.
Aun así, por algunas cosas vale la pena luchar.
Deja que la muerte y la destrucción se alcen ante tus enemigos
y Midgard sea así aún más seguro.
Del fuego de la libertad y desde las forjas de los enanos,
para que tu mano lo sostenga ahora y por siempre jamás
te ofrezco el Martillo de Thor.
A diferencia de la paz, la guerra nos deja su saber,
toma nuestra sangre y entrañas, y nunca nos las compensa.
Una vez que se lanza, ya no hay vuelta atrás
a la forma en que las cosas eran antes.
La guerra, en algún lugar.
Ahora, forja tus mejores armas,
dignas de la sangre de la batalla.
Metal, mortífero metal, para esos días de
guerra, de crímenes de guerra.
Deja a todo lo que amaste alguna vez en lugar seguro,
protegido de los enemigos de la libertad.
Que la fortuna del estrellato caiga sobre los necios que
se quedan a su lado, inflamando sus almas.
Vaya, vaya, observando el mundo.
Ve a traves de las travesuras, la malicia y las penurias de la guerra.
Aun así, por algunas cosas vale la pena luchar.
Deja que la muerte y la destrucción se alcen ante tus enemigos
y Midgard sea así aún más seguro.
Del fuego de la libertad y desde las forjas de los enanos,
para que tu mano lo sostenga ahora y por siempre jamás
te ofrezco el Martillo de Thor.
La guerra marcha hacia tu puerta
si no le plantas cara a los gigantes del caos.
Una vez lanzado, no hay vuelta atrás
a la forma en que solían ser las cosas.