Era una brillante dama inglesa.
El sol brilla hermoso en el muro de Carlisle1.
Y ella se casaría con un caballero escocés
pues el amor seguirá siendo el señor de todo.
Despreocupadamente vieron el sol nacer
cuando brillo hermoso en el muro de Carlisle
pero se entristecieron antes de que el día terminara
aunque el amor siguiera siendo el señor de todo.
Su señor le dio un broche y una bella joya
donde el sol brilla hermoso en el muro de Carlisle.
Su hermano le dio sólo una botella de vino
por furia de que el amor fuera el señor de todo.
Pues ella tenía tierras tanto de campos como de praderas
donde el sol brilla hermoso en el muro de Carlisle.
Pues el juró su muerte antes de que él viera
a un caballero escocés como el señor de todo.
Ese vino para ella no había sabido bien.
El sol brilla hermoso en el muro de Carlisle.
Una vez muerta, en los brazos de su verdadero amor, ella cayó
pues el amor seguía siendo el señor de todo.
El atravesó a su hermano en el corazón
donde el sol brilla hermoso en el muro de Carlisle.
Así perezcan todos los que separen un amor verdadero
para que el amor siga siendo el señor de todo.
Y entonces él tomó la cruz divina
donde el sol brilla hermoso en el muro de Carlisle
y murió en nombre de ella en Palestina,
por lo que el amor siguió siendo el señor de todo.
Ahora todos ustedes amantes que se prueben fieles.
El sol brilla hermoso en el muro de Carlisle.
Rueguen por sus almas que murieron por amor
pues el amor seguirá siendo el señor de todo.
1. Se refiere al Castillo de Carlisle, situado en el condado inglés de Cumbria, cerca de las ruinas del Muro de Adriano.