Esta ciudad nunca duerme, escucho a la gente caminar cuando es tarde,
las sirenas se infiltran por el alféizar, no puedo cerrar los ojos,
no controlo esta situación en la que estoy.
La torre está viva, las luces cegadoras me tienen despierto,
con la capucha puesta y los cordones desatados, pienso en dormir,
no puedo controlar esta situación en la que estoy.
Londres dice que soy un extraño, un viajero,
ahora es mi hogar, mi hogar.
Ardo en la callecita,
aquí atascado, sentado en el asiento trasero.
Ando en llamas por la calle,
lo que hago no depende de ti,
si la ciudad nunca duerme entonces ya somos dos.
El pavimento es mi amigo, me llevará a donde necesite ir,
me hace tropezar y me menosprecia,
no estoy acostumbrado a esto.
Y la tienda de enfrente me provee y me acompaña
cuando
lo necesito.
Se escuchan voces por las paredes, no creo que llegue hasta pasado mañana.
Londres dice que soy un extraño, un viajero,
ahora es mi hogar, mi hogar.
Ardo en la callecita,
aquí atascado, sentado en el asiento trasero.
Ando en llamas por la calle,
lo que hago no depende de ti,
si la ciudad nunca duerme entonces ya somos dos.
Me duele el pecho y me sangran los oídos
con el sonido de la ciudad que hace eco en mi mente.
¿Necesito todo esto para seguir vivo?
El tráfico se detiene y sigue pero necesito avanzar.
Londres dice que soy un extraño, un viajero,
ahora es mi hogar, mi hogar.
Ardo en la callecita,
aquí atascado, sentado en el asiento trasero.
Ando en llamas por la calle,
lo que hago no depende de ti,
si la ciudad nunca duerme entonces ya somos dos.