Te pedí
con mi fuerza
al universo.
Te escribí en un par de versos
que mandé volando al cielo.
Te pedí.
Te soñé
y te amé sin conocerte.
Mis abrazos te llamaban
a un ladito de la cama.
Te soñé.
Presentí
cada día tu mirada,
tu llegada.
Me rendí
ante el brillo de tu alma.
Sí, soy aquel que desde siempre te esperaba.
Pudo admitir que, aunque fuera una locura, no dudaba.
Sí, en mi corazón tu espacio yo guardaba
y ahora que estás aquí
veo el amor convertido en ti.
Te encontré.
Al final de la escalera,
en la guerra de mi vida
tú habías sido mi bandera.
Y te encontré
Presentí
cada día tu mirada
tu llegada.
Me rendí
ante el brillo de tu alma.
Sí, soy aquel que desde siempre te esperaba.
Pudo admitir que, aunque fuera una locura, no dudaba.
Sí, sí, sí en mi corazón tu espacio yo guardaba.
Y ahora que estás aquí
veo el amor convertido en ti.