No te vayas ahora.
Escoge otro día.
Ahora de verdad no tengo tiempo.
De verdad tengo prisa.
Además, ¿has visto afuera?
Te va a caer una tormenta.
Hay una huelga de transportes.
Hay muchos embotellamientos.
No nos iremos en domingo
y no me importa que estemos en martes.
Hay riesgos, avalanchas
y para terminar, no tengo ganas.
No te vayas ahora.
Hay cosas que arreglar,
aparatos que vaciar.
Incluso puedes fingir.
Mira, no has terminado
toda tu pila de libros.
¿Y por qué justo hoy
no te demoras en tu baño?
Y en primer lugar, ya no tengo llaves.
Ya no sé qué les hice.
Desde que tengo tus ideas extrañas,
pierdo todo, no sé qué tengo.
Digo que no te vayas hoy.
Para eso hay muchos días.
¿Qué es lo que este te ha hecho?
¿Y si te esperas a mañana?
¿Y qué harás afuera
sin tus paredes, sin un techo?
Si cambias de escenario,
soy yo quien estará sin ti.
Prometo que me esforzaré.
No me reconocerás.
Me doy cuenta cuando sales.
Empieza a hacer frío aquí.
Oh, no te vayas ahora.
Quédate un momento más.
Treinta años será suficiente.
No hace falta que exagere.
Puedes marcharte un día
pero si regresas por las noches,
si regresas siempre,
pero no te vayas hoy.
No te vayas ahora.
No ahora.