En la playa secreta
y blanca como paloma
sentimos sed al mediodía;
pero el agua era salobre.
Sobre la arena amarilla
escribimos su nombre;
qué bien sopló la brisa
y se borraron las letras.
Con qué corazón, con qué aliento,
con cuántos deseos y pasiones
hemos vivido: ¡error!
Cambiamos de vida.
Trad.: José Antonio Moreno Jurado