Harto de no dormir,
las dos de la mañana, no hay nada que hacer.
Me gusta mucho poder tocarte
o quedarme quieto y escucharte respirar.
Ya estás dormida,
piel blanca,
¿cómo tendré
la cara de cansada?
Pruebo a darle la vuelta a la almohada,
es una excusa para acercarme a ti.
Pruebo a despertarte tosiendo un poco
pero te das la vuelta como si nada.
Apago la luz,
intento dormir,
pero tú, con la mano,
vienes a buscarme.
Tú, como yo.
Tú, como yo.
Ojalá que las estrellas de la noche
estuvieran a tus pies,
que pudiera ser mejor
de lo que ves,
que tuviera algo que regalarte
y, si no te tuviera, saldría fuera a comprarte.
Estrella de mar,
entre las sábanas,
nuestra barca
no navega,
¡vuela, vuela, vuela!
Vuelas conmigo,
vuelas conmigo.
Vuela, que se ha levantado viento,
viento de noche,
viento que cansa.
Estrella de mar,
qué hermosa eres,
qué hermosa eres y
qué hermosa es
tu piel blanca,
blanca, blanca.
Tú, como yo.
Tú, como yo.
Uh, tú uh uh, tú, como yo.
Tú, como yo.
Cierra los ojos y no mires a tu alrededor.
ya está entrando la luz del día.
Cierra los ojos y que no te encuentre,
piel blanca de luna, tienes que escapar.
Duerme ahora,
estrella mía,
antes de que el día
te lleve lejos,
lejos, lejos...
Tú, como yo.
Tú, como yo.
Ahora no vuelas, se ha parado el viento,
puedo contemplar tu rostro cansado
y, cuando duermes, lo hermosa que eres,
lo hermosa que eres y
lo hermosa que es tu piel blanca,
¡blanca, blanca!
Tú, como yo.
Tú, como yo.
Tú, como yo.
Tú, como yo.
Tú, como yo.