La luna se va bañando de sol,
sin esperar la suerte,
sabe que esperando se duerme
y va sufriendo por el tiempo.
La esencia te hace ser así como eres,
de trozos de mañanas y noches,
de abrazos de verdad
y de besos prohibidos.
La lluvia hace feliz al bosque,
el bien y el mal se van viviendo.
Siempre que me he callado los golpes
se me han ido quedando por dentro.
Si tampoco hace falta entenderlo todo,
si no entendemos de aciertos y errores
se hace un poco más bonito.
Que aquí nadie nace preparado
ni para ser joven,
ni para hacerse mayor.
Vamos viniendo y nos vamos yendo,
si lo hacemos sencillo nos haremos menos daño.
Una vuelta guay,
que aguante la embestida.
No nos cansaremos nunca
de amar esquivando ortigas,
de cantarte unos laralai.
Se puede respirar como respiran las tardes,
se puede amar como se aman los árboles,
sin que lo vea nadie,
sin esperar nada de nadie,
aquello que brilla por dentro
que te va haciendo a ti,
que me va haciendo a mí.
Somos las lágrimas de los momentos puros,
se nos secan y nos hacen abrir los ojos.
Hay un sentimiento que va quedando suspendido,
quiere aguantarse inerte entre el viento,
va aprendiendo de las costras que se hace
dentro de este horizonte plateado.
Ha llorado igual que yo
y cuando ríe, ríe de verdad.
Cuando deja de pensar en el después
y cuando ya no carga el pasado.
Que aquí nadie nace preparado,
ni para ser joven ni para hacerse mayor.
Vamos viniendo y nos vamos yendo,
si lo hacemos sencillo nos haremos menos daño.
Una vuelta guay,
que aguante la embestida.
No nos cansaremos nunca
de amar esquivando ortigas,
de cantarte unos laralai.