Déjame ser como un barco naufragado en las profundidades,
déjame ser como él
sin mástiles, sin ninguna vela,
déjame en paz.
No perturbes la paz del lugar,
la tranquilidad de la costa cercana,
el casco escorado,
la proa en la que yaceré.
Deja mueran los peces, el cobarde mar,
déjame ser como ellos,
y que las rocas asombradas y las estrellas,
lo contemplen desde la distancia.
Horas sin latidos, días tristes
sin clemencia,
hundido e inanimado en noches silenciosas,
como la luna.
Déjame ser un barco naufragado, sin vida,
déjame ser como él ,
en las arenas muertas de aguas solitarias
déjame en paz.