Soy pálido son
que pierde el don
al ser cantado.
Soy la completa oscuridad
de la lámpara
más que apagada.
Y se oye el Fado.
Soy un acantilado en mar revuelto,
un lamento que ahora suelto,
me quema los labios.
Soy una mirada que busca la suerte,
que sigue a la estrella del norte
por los astrolabios.
Soy la mano que invierte,
un punto al este
por ti marcado.
Soy por un instante
la consonancia
del verbo equivocado.
Y se oye el Fado.