Abra Usted su puerta, dese prisa;
no me importa lo que piensa de este movimiento,
pero se lo advierto que yo, en su lugar,
no lo pensarìa dos veces,
dado el inminente llego de Jesús,
dado que no va a regresar otra vez màs.
Me di cuenta que entre los creyentes,
serpentea ya el descontento
para los montones de citas mancadas en los millenios,
pero se ponga Usted en Sus zapatos:
cantidades de planetes que salvar,
de planetes que salvar.
Pueda la bondad de vuestro corazón
descubrir que la verdad suele esconderse
en un solo ser humano;
y no es el sexo lo que da consuelo al hombre de su llanto,
sino el buen amor y el perdón santo del Señor.
Deje que le explique en dos palabras
como es fácil sentir los ecos bajos y inmorales
de comportamientos triviales y miserables,
como los de ciertos hombrecitos en ropa de mujer..,
¡Qué verguenza! Ni siquiera los animales...
Abre un instante solo y yo te monstraré
que el sol siempre se eleva donde busco a Diós
en todos esos pobres que han perdido
el sentido inmenso de la vida.
No pido un reino intero, se lo digo yo,
soy un indigno mensajero y busco a Diós
en ese hombre que vindió su onor por el dinero
y en su corazón pone un muro.
Usted no muestra de ser alumbrado
por la gracia de la vuestra Santa Vírgen Maria;
adelante, llame, si le agrada, al jefe de la policia,
pero a quién le conviene un alboroto parecido,
cuando el ozono a un colador se ha reducido
y solo basta un sinvergüenza
para que de todo hombre hasta la sombra desvanezca?
Y mas, ponedos en la cabeza:
no nos llegamos al mundo así para gozar,
sino sólo porque un bién mayor nos ha creados.
Abre un instante solo y yo te monstraré
que el sol siempre se eleva donde busco a Diós
en todos esos pobres que han perdido
el sentido inmenso de la vida.
No pido un reino intero, se lo digo yo,
soy un indigno mensajero y busco a Diós
en ese hombre que vindió su onor por el dinero
y en su corazón pone un muro.
Lo sé que estas ahí encerrado,
no te mueves, ¡pero te siento!
Para hoy te está yendo
pero ¡no hemos terminado!
En todos esos pobres que han perdido
el sentido inmenso de la vida.
No pido un reino intero, se lo digo yo,
soy un indigno mensajero y busco a Diós
en ese hombre que vindió su onor por el dinero
y en su corazón pone un muro.